Con Stephen Curry como figura estelar de la noche en el Chase Center de San Francisco, Golden State Warriors venció por 107-88 a Boston Celtics e igualó 1-1 las Finales de la NBA.

Los dirigidos por Steve Kerr, quienes el jueves dejaron escapar el primer triunfo con una debacle en el último cuarto, esta vez no dieron lugar a las sorpresas y rescataron una victoria como locales, en el inicio de una serie en la que buscan su séptimo anillo de campeón en la liga más poderosa del mundo.

Lo hicieron con una actuación que se terminó de solidificar después del descanso, cuando lograron tomar una distancia que fue indescontable para los Celtics, campeones de la Conferencia Este.

La estrella de los Warriors entró en combustión en el tercer cuarto, tramo en el que anotó 14 puntos, empujando a Golden State a un parcial de 35-14. La frutilla del postre en ese período fue un triple desde casi medio campo de Jordan Poole, al cabo segundo máximo goleador del conjunto vencedor con 17 puntos.

A sus 34 años, Curry parece estar decidido a alcanzar su cuarto anillo de la NBA y sumarlo esta vez a su primer MVP de unas Finales, uno de los pocos reconocimientos que no ha recibido.

Con 28 puntos y 6 triples, el alero Jayson Tatum fue una de las pocas notas positivas de los Celtics, que volvieron a fallar en la protección del balón, con 18 pérdidas.

El escolta Jaylen Brown aportó 17 tantos para Boston pero el resto del quinteto inicial -el dominicano Al Horford, Marcus Smart y Robert Williams- apenas anotó 2 puntos cada uno.

Con una ventaja de 23 puntos (87-64) en favor de Golden State, tanto Curry como las figuras de los Celtics fueron reservados en el último cuarto para la tercera batalla de la serie, que tendrá lugar el miércoles en el TD Garden de Boston, desde las 22 de nuestro país.

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